jueves, 30 de abril de 2015

LAS CONSECUENCIAS DE DISCUTIR FRENTE A LOS HIJOS

ana discutir frente a hijos

Por ANA GABRIELA ROJAS
Un niño naturalmente espera de sus padres cuidado y protección en un estado de paz y tranquilidad. Cuando los padres pelean frente a sus hijos, no solo los hacen vivir un momento desagradable, sino que les acarrea consecuencias más negativas. Para un niño es sinónimo de un muy mal recuerdo asociado a sentimientos de des protección y miedo, lo cual afecta su capacidad de organizar y reconocer sus emociones individuales.

En primer lugar hay que decir que intercambiar opiniones y expresar sentimientos es normal y sano. Los más chicos tienen que aprender a expresarse y a resolver sus conflictos de forma adecuada. Pero otra cosa muy distinta son las peleas, los insultos, el descontrol y las agresiones tanto verbales como físicas. Y hacerlo frente a los hijos es no respetarlos y no dimensionar los negativos efectos que esto puede llegar a tener, como generar en ellos recuerdos imborrables de amenaza, de gran inseguridad, desconcierto y hasta culpa.
La agresión entre los padres moldea negativamente la respuesta emocional de los hijos. La exposición a la agresión verbal y física altera la facultad del niño de identificar y controlar sus emociones.

¿Qué puede pensar un niño frente a esta situación?

  • “Mis papás se van a separar”.
  • “No quiero estar aquí….tengo miedo”.
  • “¿Y ahora qué va a pasar conmigo? ¿Quién me va a cuidar?”
  • “Yo tengo la culpa…están peleando por mi culpa”.
  • “Por favor….que no sigan peleando”.
La mayor parte de los niños se preocupa cuando escuchan gritos y malas palabras por parte de sus padres, y puede provocarles insomnio, tristeza, temor y una constante preocupación, pudiendo llegar al llanto, dolores corporales y el no querer asistir al colegio.
Pero ojo, pues estos sentimientos también se generan cuando los padres, enojados entre ellos, simplemente no se hablan, no se dirigen la palabra y no se miran.

¿Qué hacer si el hijo ya presenció una pelea?

Antes que todo, tranquilízalo, pídele disculpas por lo ocurrido y hazle saber que estás con él o ella; que no se sienta culpable de lo ocurrido; y sobretodo decirle que esto no significa que el papá y la mamá ya no lo quieran.
No está de más decir que evalúes si la situación pasó de ser una discusión respetuosa y con altura de miras, a ser un escenario grave de peleas frecuentes, ya que en estos casos es mejor buscar la ayuda de un profesional adecuado, o tal vez directamente denunciar.
Por lo tanto para que nuestros niños crezcan sanos e íntegros procuremos otorgarles un hogar en donde encuentren amor, comprensión, seguridad, paz y tranquilidad.

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