La gran capacidad antioxidante que posee la cáscara de la mandarina favorece la destrucción de los radicales libres y la retención de oxígeno de calidad, contribuyendo de esta manera a prevenir la aparición y combatir las células cancerígenas.
Su gran poder antioxidante y anti-bacteriano además, nos ayuda a depurar la sangre, subir las defensas, equilibrar la presión arterial, combatir la retención de líquidos, así como favorecer la digestión o mejorar la absorción de nutrientes por nuestro organismo. En el caso de las embarazadas, es además muy útil también para tratar las náuseas y vómitos que suelen acompañar al embarazo.
Té anti-cancerígeno de cáscara de mandarina
Antes de empezar aclarar que este té contribuye a prevenir y combatir el cáncer pero no sustituye nunca a ningún tratamiento médico. El cáncer es una enfermedad que, tratada a tiempo, puede tener cura, pero hay que ser constantes en la aplicación de los tratamientos y no dejar de luchar. Este té es una ayuda más.
¿Cómo preparar el té de mandarina?
Lavamos a conciencia la cáscara de la mandarina y la dejamos secar al sol durante uno o dos días.
Una vez la piel se haya secado, vertemos un buen trozo en un recipiente con agua hirviendo, tapamos, dejamos reposar durante unos minutos y nos tomamos una taza tres veces al día. Lo más útil es preparar en el mismo momento la infusión de un día completo (tres tazas), y calentarla una vez vayamos a tomarla.
Podemos reutilizar la misma cáscara dos o tres veces sin problemas. Sin embargo, recomiendo usar cáscaras nuevas cada vez que vayamos a elaborar una infusión, ya que las propiedades serán mayores. Además, tomar diariamente mandarina es algo que nos ayudará a mejorar nuestro sistema inmunológico y prevenir resfriados.
¿Alguna de ustedes, lo ha probado? ¿Cómo les resulto?.
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